¿Cuántas veces hemos dicho: «si las paredes hablasen…»? Pues estamos de enhorabuena, por fin los más reconditos secretos ocurridos en una vieja mansión gótica serán desvelados por quien más sabe de ellos: la propia casa. Ya con esto no diréis que no os pica el gusanillo. Sublime, os lo aseguro.

La familia Delorme no se caracteriza por su buena calidad de vida, aunque no por falta de liquidez. Su oscurantismo y las estrategias maquiavélicas para conseguir hasta el dinero más ingrato empezarán a ver algo de luz cuando aparece una mujer momificada dentro de una cámara secreta. Lo más curioso del hallazgo es que entre sus dientes sujeta un ladrillo con una moneda de plata. A partir de aquí, la casa abre sus puertas y ventanas y empieza a relatarnos la vida de una familia cuya religión, y no es una metáfora, es el dinero. La avaricia será la virtud ineludible para formar parte de la familia Delorme, y los pecados os podréis imaginar… La redención de estos no tienen desperdicios. El principio del fin tiene lugar con la aparición de la joven Penny Sterling en escena, en la que la matriarca Delorme ve el negocio definitivo para su familia. Así empieza el movimiento maestro de la maquinaria generadora de riqueza que encontrará algún que otro contratiempo por el camino.

La cámara verde es mordaz y surrealista, aunque a su vez hace protagonista al verdadero objeto de culto de la humanidad tal y como merece: el dinero. Este primer plano literario envuelve de humor negro, negrísimo al gótico canadiense más divertido de los últimos tiempos. Su lenguaje riquísimo y directo engatusa al lector/a haciendo que queramos saber más sobre esta nueva doctrina que sin duda arrastrará masas. Después de La cámara verde habrá que seguir muy de cerca a la canadiense Martine Desjardins, apuesto que sus próximas obras tampoco estarán exentas de sagacidad y delirantes historias góticas, además de merecidas buenas críticas.

Impedimenta lo ha vuelto a hacer, nos trae todo un descubrimiento que no podemos dejar pasar, ni de leer, ni de comentar y nosotros ponemos nuestro granito de arena recomendando una de las mejores novelas de la temporada. Diverdida y locuaz, un rato de puro placer negro.