Queridos, llegó el momento. Arantza Portabales vuelve después de aquella gran obra que nos dejó a todos noqueados. Deje su mensaje después de la señal fue y seguirá siendo una lectura para recomendar y que no se olvide en el paso del tiempo y del bombardeo de novedades. Una vez hecha justicia a las chicas del contestador cambiamos totalmente de perspectiva y nos adentramos en Belleza roja. La nueva novela de Portabales no tiene absolutamente nada que ver con la anterior, ni en género ni en método ni en intención. Tal y como la propia autora me dijo, es como comparar un yogur con un filete, y es justo ahí donde radica la emoción de esta nueva obra. La he cogido con ganas, muchas, con emoción y curiosidad absoluta aún sin leer la sinopsis porque sabía que era algo distinto, que de alguien con ese buen hacer en éste nuestro mundo de letras, sólo puede salir algo que merece mucho la pena, y no me ha defraudado. Belleza roja se abre paso con la intensidad de un bocado a traición y nos deja el sabor dulce, pero insaciable de un cuenco de cerezas.

Xiana Alén, aparece asesinada en su habitación, sobre un manto de sangre que contrasta con su pelo rubio y su belleza eterna de los quince años. La descubre su tía, Lía Somoza, artista reconocida que pasaba unos días en casa de su gemela Sara y madre de Xiana. En esa cena sólo había cinco personas, en otra habitación la anciana tía de las gemelas. Alguno de ellos fue el responsable de tan retorcido plan, pero nada parece tener sentido, nadie de los allí presentes puede tener motivos para tan atroz asesinato: sus padres, su tía con quien mantenía el vínculo más especial, unos vecinos amigos de la pareja… Todos quieren saber la verdad y, algunos más que otros, salir exculpados. La débil salud mental de Lía hace que Connor entre en juego, psiquiatra que tendrá mucho que decir en todo esto junto a Abad y Barroso, los inspectores del caso que serán fuente de emociones y soluciones para los lectores en el transcurso de la novela. Personajes que son mucho más que eso cuando termina la historia. Bien encuadrados, con mucho jugo y juego, que consiguen despertar las fobias (que enganchan más) en los lectores. Capítulos donde nada sobra, donde todo encaja aunque no lo veamos cual cubo de rubik. No sé si Arantza será la nueva dama de la novela negra como anuncia la editorial, lo que podéis tener seguro es que es toda una maestra en eso de despertar adicción.

En estos momentos en que los thrillers son una lluvia de meteoritos con una sombrilla clavada de cara a las vacaciones, Belleza roja os aseguro que merece mucho la pena. Absorbe, engancha y divierte. Qué más podemos pedir… Larga vida a la dama de la novela (en general).